TRÍPTICO DEDICADO A WOODY ALLEN: Ayer vi una película, tarde, muy tarde: es de 2005. No voy nunca al cine. Las películas las veo en televisión porque ya no me gusta compartir pequeños escenarios para la emoción con desconocidos, prefiero la intimidad de mi casa (por si tengo que llorar). El filme era Match Point de Woody Allen, interpretada por Jonathan Rhys Meyers (actor desconocido para mí hasta ahora) y Scarlett Johansson, ambos esplendidos; pero, además, Scarlett, en la primera escena en la que aparece, me sedujo irremediablemente; me recordó a Lauren Bacall en su primer encuentro con Humphrey Bogart, en Tener o no Tener. Qué decir de la película? sencillamente que es soberbia. Contiene los ingredientes de la vida en estado puro: seducción, pasión, sexo abrasador, emoción, insatisfacción, mentiras, cobardía, crueldad, crimen, desesperación, amargura, arrepentimiento, tormento, azar, la suerte y la falta de ella, porque, en definitiva, la amarga y emotiva historia que nos cuenta Woody nos remite a la imposibilidad de la vida con mayúsculas. Menos mal que en este tiempo que nos ha tocado vivir está él, inmenso artista que nos ayuda a comprendernos mejor. Nos cuenta historias desde la sutileza emocional y cultural (atención a las lecturas del protagonista: F.M. Dostoievski, toda una pista de lo que estaba por llegar), con un corrosivo sentido del humor y una aproximación sin concesiones a las contradicciones del hombre actual (el de siempre). Woody Allen, es quizá, para mí, el artista actual más importante.
7 ENERO 2007
© 2006 pepe fuentes