CONTINÚO CON LA FOTOGRAFÍA. No me gusta la fotografía formal o aparentemente directa pero que encierra «profundos» conceptos que es preciso explicar. Citaré un ejemplo: un destacado fotógrafo internacional llamado Martin Parr, viajó a lo largo de 28 países fotografiando plazas de aparcamiento creo que «libres» (si no estuvieran libres, sólo serían espacios supuestamente utilizables para aparcar tapados por un coche) para intentar demostrarnos –la relación existente entre el ser humano, la máquina y su entorno, y lo que es más importante aún: la evidencia del hecho que vivimos en un mundo donde a veces, intentar aparcar es una utopía- (fragmento extraído de un texto que acompañó la muestra). Lo cierto es que esto último tiene bastante gracia, probablemente justificaría la «magnitud» del proyecto, si no fuera porque las fotografías eran de una aridez sencillamente insoportable. Me provocaron un incontenible bostezo y una cierta irritación. En un momento en el que apareció mi infrecuente lucidez me pregunté ¿qué coño hago perdiendo el tiempo con semejante estupidez? Prefiero otras visiones.
Cuando tus ojos ya no juzguen
sino contemplen,
cuando ya sólo agradezcas,
esa es la edad de Roma,
la edad de pasear
por Roma
José María Álvarez