Fueron nuestros últimos momentos en La Habana. Era domingo y paramos a comer en un «paladar», después de comer fotografiamos un rato. Siempre te fotografío así, súbitamente. Nos pasamos la vida juntos, pero las fotografías tienen sus momentos y siempre son especiales: los de fotografiarte y de ninguna otra cosa. Unas horas después regresábamos de Cuba, pero ya no importaba porque, además de otras fotografías, llevaba las más importantes: las que te hice a ti.
20 ENERO 2007
© 2003 pepe fuentes