Ha habido dos o tres viajes en que mi emoción se ha situado muy por encima de otros. Siempre ha sido en el momento de la partida, cuando la carretera se nos ofrecía para explorar otros territorios que presentíamos emocionantes. Muy especial fue el inicio de un viaje por Marruecos; a la salida de Tánger sentí una excitación y una alegría inmensa. Momentos inigualables.
Y sueño que juntos nos alejamos de Europa
nos hundimos en el polvo y el calor
de caminos donde somos extranjeros
«los» extranjeros, desconociendo
lengua, leyes
habiendo, por fin, olvidado.
José María Álvarez