Como contaba ayer, hice una selección de las fotografías que había conseguido hacer hasta ese momento, las metí en una magnífica caja de papel de Kodak (ésta) y me acerqué a la galería Redor Canon, de Madrid. Allí me recibió Tino Calabuig, un tipo muy simpático que acababa de abrir la galería junto con su mujer Rosalind Williams, muy agradable y atenta y de la que guardo un excelente recuerdo. Me dijeron que les dejara mi trabajo y pasados unos días me devolvieron mi caja con una fecha de exposición para tres meses después. Así de fácil. Ahora las cosas no serían así, ni falta que hace, porque desde luego no voy a repetir la experiencia.
8 FEBRERO 2007
© 2007 pepe fuentes