Empecé a trabajar intuitivamente, dejándome llevar por la primera idea que se me ocurría. No quería decir absolutamente nada con las imágenes. Qué hablaran ellas, sólo ellas, y si no decían nada, mejor para todos. La fotografía empezaba a ser algo tremendamente divertido para mí. Esta es una de las pocas imágenes que me quedan de aquella primera época y exposición (sólo conservo diez o doce) las demás las he vendido y alguna regalado.
«Qué quisiste decir con esta novela? la respuesta sincera es -No quise decir nada-» Antonio Lobo Antunes