Un hombre camina solo por los pasillos y entra de vez en cuando a una galería. Mira alrededor fugazmente, captando lo que le interesa y de vez en cuando se para a mirar con más atención. Se deja llevar por su instinto y su gusto (viene a ser lo mismo). Uno de los grandes placeres que ofrece la vida y nos ofrecemos los humanos, es la creación estética en soportes que luego podemos disfrutar tranquilamente una tarde de un día cualquiera, a ser posible en viernes.
19 MARZO 2007
© 2007 pepe fuentes