Ya no sabía cuanto tiempo estaba dedicando al asunto teorético (también hacía otras cosas que no vienen al caso), pero la confusión de mi cabeza empezó a hacerme sudar (tengo una inteligencia? sudorosa) y no me gusta llegar a esos extremos. Pergeñaba frases que me costaba mucho hilvanar en un discurso coherente y redondo: «Una fotografía no es importante, por muy lograda e interesante que sea, si no va acompañada de un nombre cultivado y abonado en los áridos campos del mercado fotográfico. No obstante, los vendedores están contentos con la fotografía, disponen de mucho material a precios asequibles; sólo se trata de regar, airear y abonar nombres que ayuden a colocar el producto. Tampoco muchos, sólo los necesarios para mantener el equilibrio de oferta y demanda». Hasta aquí llego con el «tema» que me está aburriendo terriblemente. Mañana otra cosa.
29 MARZO 2007
© 1986 pepe fuentes