Once años después, Naty, también con 24 años. En esos momentos se estaba gestando otro periodo de enamoramiento y vida en pareja (no siempre es lo mismo). Estábamos en Lisboa, probando a ver qué tal nos salía viajar en compañía (hacía un mes que nos conocíamos), y resultó muy bien: nos reímos, no discutimos por casi nada y, como la prueba de fuego del sexo también resultó estupenda, todo ha seguido hasta hoy mismo.
3 MAYO 2007
© 1990 pepe fuentes