Hoy es fiesta. La hora de levantarnos no nos ha acuciado y, ayer, la noche no se alargó peligrosamente, como otras. Once de la mañana: es un buen día y una buena hora para fotografiar. Tenemos una habitación para eso: la llamamos grandilocuentemente y con notoria falta de originalidad: plató. Colocamos el equipo y los flashes (qué coñazo). A pesar de que no nos acostamos tarde y que sólo bebimos lo estrictamente necesario…? estamos algo espesos y nos cuesta bastante dar con la iluminación que deseamos. Entre interrupciones y torpezas, finalmente lo conseguimos. Empezamos a fotografiar: alternamos soportes, formatos, vestuario, alguna que otra idea y también torpezas; cómo no. Lo pasamos bien fotografiándonos sin otra cosa que hacer. Lo dejamos a las tres de la tarde; resultó una estupenda mañana de fiesta.
3 JUNIO 2007
© 2007 pepe fuentes