No fue un doctor, sino una doctora, de verde también, quien me recibió. Como a mi me gustan más las mujeres que los hombres, el cambio me agradó (empezábamos bien).
-En las pruebas que te hemos hecho no hemos detectado nada anormal- me informó
Sonreí ampliamente y me sentí muy contento. Inmediatamente me entraron ganas de bromear con la doctora:
-Verás, estaba preocupado; una vez que se han doblado demasiadas esquinas, se ven fantasmas por todos lados-
-No te preocupes, una vez que llegas a las cuarenta, si te despiertas y no te duele nada, es que estás muerto-
Bromeamos y nos reímos un rato más y me marché de un excelente humor, sintiendo una gran simpatía hacia los médicos que dan buenas noticias. Cuando llegué a mi casa encendí los flashes, coloqué la cámara en el trípode y me hice esta fotografía sonriente y luminosa. Para celebrarlo.Bromeamos y nos reímos un rato más y me marché de un excelente humor, sintiendo una gran simpatía hacia los médicos que dan buenas noticias. Cuando llegué a mi casa encendí los flashes, coloqué la cámara en el trípode y me hice esta fotografía sonriente y luminosa. Para celebrarlo.