DEL PÚBLICO QUE me encuentro mejor ni hablar. La mayoría son grupos de niños ruidosos a los que han llevado de los colegios (supongo). Son muchos y rellenan una especie de cuestionario sobre la feria (también lo supongo). Aparte de los niños, los visitantes son predominantemente mayores, solitarios y con caras y expresiones sin ilusión. El premio al «visitante singular» se lo doy a una señora de mediana edad, gruesa y que avanza lenta y torpemente empujando un cochecito de bebé. En el coche, sobre una sábana blanca y con una cadena al cuello, no hay un niño, sino un gato.
Nota: no es la misma persona de la que hablo, aunque era igual (el cochecito).