A ESTAS ALTURAS, me pregunto que hago escribiendo de Jose María y mostrando mis imágenes, pero son las reglas de este diario: siempre soy el culpable de imágenes y textos. Mis fotografías de «la innombrable» no se parecen a las suyas. Él la fotografía de lejos y yo de cerca; y claro nos salen muy distintas. Todos los que la recrean alejándose la idealizan; ya El Greco la pintaba en la distancia y aparecía fascinante. A mi sólo me interesa un poco lo de dentro, y es porque fui niño en ella, si no, ni eso.
«..Siento la curiosidad de los perros y la piedad de las mujeres: es el paisaje de la infancia, el olor incorporado a mi espíritu en los accesos de la edad.» Antonio Gamoneda