Ya me da igual; mi vida, mis cosas esenciales ya no tienen que ver con ella, porque nada de lo que sucede aquí me alude. Lo importante para ellos, al menos lo que puedo ver en sus calles y en sus fiestas, carece de valor para mi, y, desde luego, no me voy alejar para contemplarla desde fuera y así poder olvidar y mucho menos para fotografiarla, sencillamente porque ese punto de vista está muy lejano y me cansaría en el camino. Sólo siento alguna curiosidad por las representaciones «bufas» que suceden dentro. Como ocurren cerca, acudo con desgana, fotografío sin fe y a media mañana me vuelvo a mi casa y me olvido de ella por una larga temporada.
Tiembla el ser adonde ya no hay nada
sino una flor contra el ser
un silencio contra el mundo
y un ser contra la nada
Leopoldo María Panero