Sin embargo no me gustan los artistas serios, transcendentes y dedicados, además de a «sus labores», al apostolado. Uno de ellos, oficialmente artista pintor o plástico (también fotógrafo, cómo no: ahora casi nadie es artista sin «tirar» algunas fotos de vez en cuando; es tan fácil), que se cree ungido por la «gracia», dice cosas como: «Yo trato de compensar, de curar esa tristeza que deriva de una falta de amor en el mundo. Creo que incluso se podría hacer una lectura política de mi obra. Porque lo que quiero es cambiar el mundo» «Yo ordeno mis cuadros de modo que tengan una relación básica con la vida contemporánea. Pero el tratamiento es muy emocional. Quiero transformar la lengua banal en algo espiritual» Sean Scully, pintor (y fotógrafo a tiempo parcial) y predicador de la buena nueva, y del amor universal, y de la espiritualidad, y de….y de,….. ¡monsergas en clave «artística»!
13 SEPTIEMBRE 2007
© 1985 pepe fuentes