No, no se puede volver a empezar lo ya hecho; ni se pueden desandar los caminos. Es acogedora la idea de la muerte, parar a descansar de todo lo vivido. Es quizá la única razón para hacer, hacer sin parar; si no cómo podríamos soportar llegar a la recta final sin la ayuda del cansancio. El éxito o el fracaso de nuestros empeños es lo de menos, lo importante es el empeño mismo y cansarse, cansarse hasta la extenuación, porque si no el dolor sería insoportable. Vuelvo a Bukowski: «…las tardes solitarias tras las cortinas echadas, sin ser rico ni pobre, pueden resultar agradables. ¿Llegará a tiempo la locura? no lo sé y no busco respuesta, sólo un espacio pequeño y tranquilo entre no saber, no querer saber y, al cabo, averiguar.»
24 SEPTIEMBRE 2007
© 2007 pepe fuentes