Salimos de casa de madrugada; llegamos al aeropuerto todavía de noche (son tristes los aeropuertos de noche). Nos acercamos, cargados, al mostrador de facturación y nos tropezamos con una tipa de -cara amargada, gesto amargado y palabras amargadas –Empezamos bien-, me digo. Detesto a la gente que en vez de solucionar problemas te los crea y encima te pone mala cara. Nosotros llevábamos uno (facturar) y de pronto teníamos tres: facturar, lo que decía la tipa que nos mal atendía y además aguantar su jeta. Intenté imaginarme a esa individua en una situación simpática y hasta follando y que va, me fue imposible. Qué asco. A gente así habría que deportarla a una isla desierta y que se la comieran los tiburones.
3 OCTUBRE 2007
© 2007 pepe fuentes