Hicimos escala en Bruselas y allí, una funcionaria de seguridad, redonda y cremosa, nos sometió a un interrogatorio severísimo sobre nuestro viaje: incluso tuvimos que demostrar nuestro itinerario con reservas de hoteles y cosas así. Debió pensar que éramos peligrosos… ¡si hubiera sabido la índole de nuestra peligrosidad! Como no fotografié en el aeropuerto, y para ilustrar la escala, esta fotografía de la Grand Place de Bruselas, pero de otro viaje y otro año. Algo es algo, no?
5 OCTUBRE 2007
© 2005 pepe fuentes