Carretera, carretera; durante interminables horas. Oklahoma, capital que da nombre al estado: la divisamos a lo lejos y continuamos hasta la extenuación. Llegamos a Clinton a las siete de la tarde. Encontrar motel fue fácil. En la televisión, un predicador se dedicaba a lo suyo, y con un considerable éxito a juzgar por el entusiasmo de la muchedumbre que le escuchaba. Me entretuve un rato en ver y oír su actuación, sus ademanes ampulosos y teatrales y la entonación enfática de las simplezas que decía. Tengo que reconocer que emitía una especie de fluido o vibración que atrapaba. Entré en una especie de hipnosis que me sacudí fotografiando la habitación, con el dichoso predicador y su monserga.
13 OCTUBRE 2007
© 2007 pepe fuentes