Tucumcari, Nuevo México, llegamos a las siete de la tarde. En el motel donde nos instalamos hice esta fotografía. Probablemente en mi subconsciente estaban presentes otras parecidas que he visto a lo largo del tiempo y que siempre me han gustado. Lo cierto es que cuando se me ocurrió no lo pensé, sólo tuve el impulso de hacerla (*). Me interesan mucho las imágenes de fuera-adentro: lo que se ve desde fuera (experiencia intrínsecamente fotográfica). El fotógrafo siempre procura mirar dentro desde fuera, con la cámara como instrumento de indagación y que a su vez, por reflejo automático, se convierte en mecanismo de introspección, como el retroceso de un arma de fuego cuando es disparada. Las armas de fuego (y las cámaras) son peligrosas; es preciso protegerse y ser muy cuidadoso.
(*) Después me acordé de unas fotografías de Verena von Gagern, que tienen que ver con esta idea. Supe de esta fotógrafa por un catálogo: -aspectos subjetivos de la fotografía- publicado en 1980, junto con obra de seis fotógrafos más, todos ellos alemanes: Gelpke, Hartig, Jansen, Müller-Pohle, Riebesehl y Horacek, y que, sin ninguna duda, ha sido la colección de imágenes, las de todos ellos, que más ha influido en mi manera de entender el lenguaje fotográfico. Esas fotografías, por lo que fuera, quizá porque estaba muy receptivo o en periodo de aprendizaje (ahora también), las llevo dentro, y sus ecos aparecen en mi visor cuando menos me lo espero.