En el patio del famoso Mann’s Chinese Theatre, todos mirábamos al suelo, todos, menos un tipo negro, alto y descomunalmente fuerte, con una especie de transmisor, que me miraba a mi. Yo procuraba esconderme entre la gente y disimular (el individuo impresionaba), pero que va, cada vez que levantaba la vista temeroso, le tenía enfrente, mirándome fijamente. Hasta que se decidió, se puso delante, señaló mi vieja cámara grande y dijo que no podía utilizarla. Miré hacia arriba interrogante y un poco asustado, (era mucho más alto que yo), ya con la tapa del objetivo en la mano para demostrarle, que no, que ni se me volvería a ocurrir utilizarla. Naty salió en mi defensa y le preguntó que por qué? a lo que el tipo dijo que -no se podía filmar– Respiramos aliviados e intentamos demostrarle con ansiedad que no, que se trataba de una cámara fotográfica, un poco grande, eso sí, pero fotográfica; yo hasta le enseñé un rollo de película. Nos miro titubeante, esbozó una sonrisa de suficiencia y dijo que bueno, que siguiéramos. Se dio la vuelta y se marchó olímpicamente. A mi se me quitaron las ganas.
Philip Marlowe: deseaba Vd. Verme?
Vivian Sternwood: conque es Usted un detective privado, creí que sólo existían en los libros y que eran unos hombres pringosos que husmeaban por los pasillos de los hoteles….Caramba no va muy arreglado
P. M.: Ni tampoco soy muy alto; la próxima vez vendré con tacones, corbata blanca, y una raqueta de tenis
V. S.: Dudo que eso le sirviera de algo…