27 NOVIEMBRE 2007

Veintitrés de Octubre, 10:30 p.m., Chicago (Veinticuatro de Octubre, 5:30 a.m., España): ha nacido mi nieta. Se llama Lucía Mae Fuentes. Es hija de mi único hijo Gabriel y de Jackie (en la fotografía). Me he emocionado. A mi los niños no me divierten nada y ni siquiera me entretienen, más bien me cansan. Pero claro, Lucía es para mí mucho más que una niña. Será una niña durante un rato, corto; para ella seguro que muy corto (porque espero que sea feliz en su infancia). Lucía es muy importante para mí porque, tal vez, el hecho de que ella haya llegado a este mundo, sin que yo me haya ido todavía, cierra un ciclo completamente desconocido para mi, por el cual, tal vez, algo tenga sentido en el sinsentido: no basta con tener un hijo; el proceso se perfecciona cuando éste tiene a su vez el suyo. Entonces, incluso, todo puede acabar bien.