Veinticuatro de Octubre: toda la mañana en un Hospital. Últimamente frecuento mucho los hospitales. No soporto los hospitales. Sergio Pitol dice que le gustan porque allí todo es infalible y atienden tus deseos y necesidades con puntualidad y eficacia, y además te cuidan: «Adoro los hospitales. Me devuelven las seguridades de la niñez: todos los alimentos están junto a la cama a la hora precisa. Basta oprimir un timbre para que se presente una enfermera, ¡a veces hasta un médico! Me dan una pastilla y el dolor desaparece, me ponen una inyección y al momento me duermo…» Sergio Pitol. Todo eso me parece muy bien, pero lo cierto es que están llenos de gente (la mayoría enferma), huele raro y el color de las paredes es el de las peores pesadillas… No, yo detesto los hospitales, porque, además, sé que moriré en uno. Y una mierda, Pitol… para ti todos los hospitales del mundo.
1 DICIEMBRE 2007
© 2006 pepe fuentes