(quince horas). Vengo hablando de mi amigo F., pero en realidad creo que nunca lo hemos sido verdaderamente. No hemos respetado y escuchado, pero no creo que nos hayamos apreciado especialmente y desde luego no hemos sido cómplices en casi nada. «Hay otras muchas cosas y matices, en la personalidad de mi antiguo amigo F. que podría ir desgranando, pero no lo voy a hacer, este no es el sitio más indicado para hablar de la complejidad de su personalidad que no merece tan corto espacio. Además, empiezo a no sentirme seguro de que fuera triste o alegre, de buen carácter o todo lo contrario. Sólo sé que cuando pienso en él, siento el peso del mucho tiempo que ha pasado, de la distancia con la que nos hemos tratado, de lo lejano y asfixiante que percibo su mundo y de que ya todo es pasado entre nosotros«. Bajo a comer.
9 ENERO 2008
© 1985 pepe fuentes