Tres de enero (de este año). Jackie nos llevó en coche al Parque Millenium. Sentimos frío, bastante. No importaba. Tres minutos después sí importaba. Había en torno a -10º. Una de las cámaras (la de Naty) dejó de funcionar. La mía empezó a hacer cosas raras. El mecanismo de arrastre de la película se alteró por completo: o pasaba varios fotogramas o ninguno. Conseguí hacer unas pocas tomas, que a la cámara le salieron como si captara lo que veía a través de una niebla helada: fotografías del frío. Sabíamos que nuestra resistencia al frío era prácticamente nula; lo que no imaginábamos es que a las cámaras les pasara lo mismo (a las nuestras, claro). Es curioso como a veces los objetos, las máquinas, las cosas, todo, se adaptan a sus propietarios. Nos largamos a toda prisa del Parque; los dedos debían estar al borde de la congelación a juzgar por lo que dolían. Nos refugiamos en el primer centro comercial que encontramos en la Avenida Michigan; las cámaras volvieron a funcionar, pero lo malo es que allí no encontramos nada que fotografiar.
21 ENERO 2008
© 2008 pepe fuentes