este artilugio me llamó mucho la atención (a mi y casi todos los que pasaban delante) era ingenioso: las imágenes aparecían en pantalla a gran velocidad y todas eran dibujos como el que aparece en la fotografía. Me sitúe delante y pensé: voy a esperar a que aparezca la cara que más me guste y fotografío (las imágenes se sucedían y volvían a aparecer, es decir, no eran infinitas). Esta chica sintió una viva curiosidad por el mecanismo del «mecanismo» y estuvo un buen rato mirando como funcionaba por dentro el alma del artista. A mi eso me daba igual. Las chicas, sin saberlo, me ayudaron mucho a calentar un poco una fotografía que sin duda habría resultado fría: como el ingenio del «ingenioso» artista (que una vez más, tampoco supe como se llamaba).
25 MARZO 2008
© 2008 pepe fuentes