una de las visiones más asombrosas en Porto (que no Oporto), son las fachadas de sus edificios, naturalmente las del casco viejo. Abigarrados, vistos desde la ribera, a lo largo de más de un kilómetro, siguiendo el curso del río desde el puente de Luís I, son un espectáculo memorable e inagotable. Caminamos despacio. Utilicé película lenta en la vieja cámara grande, para no perder detalle, aunque en estos días no mostraré ninguna de las fotografías que realicé en ese formato; son material de laboratorio y las copiaré dentro de no mucho tiempo. Sin embargo, ésta y otras, las realicé con la vieja cámara pequeña.
11 ABRIL 2008
© 2008 pepe fuentes