Empecé a fotografiar dubitativo, a tientas casi; aunque había llegado muy lejos con una determinación obsesiva y algo extraviada, no conseguía entender lo que me rodeaba (el alejamiento no me dotaba de lucidez). Claro no tiene nada que ver la voluntad de hacer con lo que se es capaz de percibir y mucho menos trasladar al lenguaje fotográfico, qué no sé muy bien en qué consiste; del escrito, mejor no hablar. Nunca pienso en escribir en el momento; el presente, para mí, sólo es fotográfico.
9 MAYO 2008
© 2008 pepe fuentes