Antes de irme definitivamente, esta otra fotografía. Decidí continuar hacía delante, es decir, alejándome aún más de mi casa. No sé qué buscaba, quizá que el día avanzara hasta acabarse del todo. Cien kilómetros más a allá, mi sentido común (desactivado hasta el momento), protestó enérgicamente: ¿a dónde te crees que vas, idiota? No sé, contesté, quizá es mejor que vuelva ¿no? dije titubeante y asustado: la sensatez me había pillado, una vez más, pensando en otra cosa. Me dijo: estás a más de cuatrocientos kilómetros y no vas a encontrar nada de lo que buscas que, además, no tienes ni idea de lo que es.
14 MAYO 2008
© 2008 pepe fuentes