Un soldado que tengo muy cerca,
de pie, comienza a moverse incontroladamente,
se agarra a la trompeta que lleva en la mano
pero ésta no puede evitar que ambos
rueden por el suelo.
Los recogen (al esmirriado soldado y su trompeta)
y se los llevan a retaguardia.
Quizá el soldado estaba tan desganado como yo.
No fotografío el accidente.
Sí otras cosas, de vez en cuando. Indiferente.
Por ejemplo a los curas, personajes fascinantes e inexplicables,
curas y más curas, y más, muchos,
por lo menos cien
o doscientos,
o trescientos.
18 JUNIO 2008
© 2008 pepe fuentes