Últimamente le doy vueltas al asunto de «hacer o no»; en realidad siempre estoy en lo mismo. Si ahora tuviera veinte años menos, seguro que pensaría en buscar ayuda en un profesional especializado en laberintos sin salida de los demás. Ahora no, ya viví eso y sé (o supongo) que sólo funciona (a veces) cuando aún crees que tienes algo que hacer en el mundo. Ya sólo queda tiempo para observar atentamente el cuerpo, sólo el cuerpo y los deseos de vivir y comprobar como disminuyen cada día, casi imperceptiblemente, pero implacablemente. Bukowski escribió, supongo que en un día que se encontraba especialmente bien (o con resaca) –No dejes que nadie te diga lo contrario. La vida comienza a los 65-. Lástima que muriera sólo nueve años después.
25 JULIO 2008
© 2007 pepe fuentes