Tienen prohibido aburrirse; parece. No sé si también sufrir. Es una pareja de iguales, en cuanto al sexo, aunque no necesariamente sexualmente. Por qué ellos (o ellas que son ellos y viceversa), parecen menos vulnerables al aburrimiento? Supongo que porque juegan con más variables y variedad. Cambian, se disfrazan, se maquillan, e intercambian posiciones o posturas. Por cierto, no sé quien se disfraza más: si ellos (o ellas) o los demás. Lo que sí sospecho es que los heterosexuales convencionales, los que no nos disfrazamos nunca, somos infinitamente más frágiles ante las acometidas perniciosas y rutinarias de lo mismo. Pero, en fin, todo es como es, porque no puede ser de otra forma.
28 SEPTIEMBRE 2008
© 2004 pepe fuentes