Martes: cinco de Agosto. Las Vegas. Propósito: caminar y fotografiar, nada más. No hay intenciones previas, aunque sí gusto por un determinado tipo de imágenes. Caminamos a lo largo del Boulevard, bajamos y subimos, nos paramos, fotografiamos, nos metemos en algún casino, al azar, sin más. Me fascina la estética de la ciudad, el lujo impostado, el artificio, la sensación ilusoria de estar en el gran mundo; las recreaciones que los casino-hoteles hacen de ciudades míticas y épocas históricas pasadas: Venecia, París, Nueva York, Luxor y otras; pero sin la seriedad y el peso de la historia (quién se puede reír delante del Palacio Ducal, en Venecia, por ejemplo). Es una ciudad de ficción; absolutamente artística, porque es invención a partir del arte, sin arte y de la historia, sin historia (en eso se parece un poco a la fotografía). Sólo es frivolidad mezclada con dinero, ¿qué más se puede pedir? Sencillamente perfecta como representación y metáfora del mundo contemporáneo. Sólo tiene un problema: sus fines son obvios y por lo tanto apenas si queda margen para la sutileza, aunque sí para el sentido del humor, que muestra por doquier. Otro inconveniente para nosotros es que hay demasiada gente de estética e indumentarias insufribles. No obstante, lo que allí te encuentras no se parece a ningún otro sitio, luego sólo hay que dejarse llevar por el espectáculo y mirar mucho hacia arriba, con cuidado de no tropezar.
6 OCTUBRE 2008
© 2008 pepe fuentes