CARTA A LUCÍA MAE. I
Hoy cumples un año, allí, donde naciste. Aquí, donde también te esperábamos, lo hiciste cuando ya era otro día, mañana. Hoy no podré darte un beso de felicitación, porque estás allí, y porque no es hasta mañana cuando será tu cumpleaños aquí. Son las ventajas o desventajas de tener dos lugares de referencia. En fin, sí, creo que es mejor así para ti. Todavía tardarás en poder leer esta carta, y las que me gustaría ir escribiéndote poco a poco. No sé si te apetecerá hacerlo algún día, pero en mi fuero interno me gustaría que lo hicieras. Sin duda me proyecto, cosa que no quisiera que ocurriera en mi relación contigo, pero es que yo daría cualquier cosa por tener una carta de mi abuelo dirigida a mí. Pero eso, es otra cuestión. Ayer mismo leía lo que dice un escritor importante (J. G. Ballard), «No cabe duda que los nietos hacen desaparecer el miedo a la muerte«. Él está enfermo, según creo. Yo todavía no, también según creo, por lo que me es difícil suscribir sus palabras, pero sí te diré que, desde que llegaste, estoy más tranquilo; tengo la intuición de estar más protegido contra el inevitable olvido. Mirando está fotografía, tus ojos y tu mirada, intensa y misteriosa, creo que todos nosotros estamos mucho mejor que antes. Felicidades Lucía Mae, hoy me acordaré mucho de ti.
23 OCTUBRE 2008
© 2008 pepe fuentes