Ha pasado el momento de que haga algo. Todos los trenes partieron ya, hartos de esperar inútilmente. En algún momento parecía que el viaje era posible, pero no: demasiados temores e incompetencias; nada era posible realmente. La pregunta es: ¿cuándo sabes que todo el tiempo que queda es destiempo? ¿qué se puede hacer para no simplificar y adelantar los horarios? Quizá, sentarse a la puerta en días de sol, y detrás de la ventana en días de lluvia, y esperar, esperar, esperar…«A veces se preguntaba si no pertenecería él a una clase de gente secretamente convencida de que tenía una especie de arreglo con el destino; esa gente, que, a cambio de su docilidad e ingenua bondad, se creen protegidos de las peores brutalidades de la vida». Saul Bellow
15 NOVIEMBRE 2008
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