Estos últimos días estoy de muy mal humor. «El hombre verdaderamente libre es el que sabe rechazar una invitación a cenar sin dar excusas». Jules Renard. Quizá estoy cabreado porque sé que estoy lejos de alcanzar el grado de libertad del que habla Renard, a pesar de que he tenido tiempo sobrado para llegar a esa impecable displicencia y perfección. Y lo peor, es que ni siquiera nadie me invita cenar.
30 NOVIEMBRE 2008
© 2008 pepe fuentes