Después de esforzarme durante un rato, sentí impotencia: no se me ocurría cómo hacerlo. La primera pregunta era: ¿a qué distancia debo fotografiar? La segunda: ¿con qué iluminación? La tercera: ¿qué fondo? La cuarta: ¿planos medios, primeros planos? La quinta: ¿mirada directa al objetivo o actitud relajada, distendida o directamente mirando a otro lado? La única respuesta que conseguí darme fue sentarme y pensar en otra cosa. El asunto me desbordaba.
4 DICIEMBRE 2008
© 2008 pepe fuentes