Volví a mi autor-guía: «El aire es así la sombra luminosa que acompaña al cuerpo; y si la foto no alcanza a mostrar ese aire, entonces el cuerpo es un cuerpo sin sombra, y una vez que la sombra ha sido cortada, como el mito de la Mujer sin Sombra, no queda más que un cuerpo estéril. El fotógrafo da vida a través de este tenue ombligo; si no sabe, ya sea por falta de talento, ya sea por mala suerte, dar al alma transparente su sombra clara, el sujeto muere para siempre». R. Barthes. Terrible responsabilidad: lo sé, y el miedo a no estar a la altura del fotografiado me atenaza. Siempre me he preguntado dónde se encuentra el talento o no del fotógrafo-retratista. No es una cuestión de mecánica, evidentemente; cualquiera con los conocimientos técnicos de iluminación y tratamiento de imagen sería capaz de hacer un retrato formalmente impecable, pero no, no es eso, se trata de otra cosa, claro. Me senté otra vez: cuanto más leía y pensaba, peor me sentía.
11 DICIEMBRE 2008
© 2008 pepe fuentes