OTRO HECHO RECIENTE (no nuevo, aunque sí infrecuente): exposición fotográfica; mía. No tiene sentido, pero sí, ha ocurrido. A estas alturas de mi historia fotográfica, que yo exponga en un espacio físico real (es decir, no virtual), en el que se puede entrar, mirar y hasta tocar, es un hecho que carece por completo de explicación y mucho menos de justificación lógica. Ha tenido lugar y terminado ya, hace nada, este mismo mes. El olvido ha entrado en acción, pero todavía no ha conseguido adormecer mi malestar. La fotografía de hoy ha estado expuesta en horario comercial en una ciudad del noreste de este país (o lo que sea); bueno, dejémoslo en el noroeste de la península ibérica, del continente europeo (o lo que sea).