La exposición se tituló «Ciudades» (enunciativa-sugerente); como podría haberse llamado «paisajes urbanos» (más descriptivo todavía), o, si me pongo estupendo, «poéticas urbanas» (pseudo-poético), o conceptual, «cosmovisiones urbanas: el hombre y su entorno», y así hasta mil. Pero, realmente, ¿qué significa el hecho en sí?: absolutamente NADA. El origen estuvo en una propuesta de un fotógrafo artista (entonces desconocido para mí), que a su vez gestiona exposiciones para un local comercial dedicado a vender viajes (léase: agencia de viajes); él maneja esa vieja idea de que la «cultura» y el comercio ajeno a ella, pueden compartir el mismo espacio, y que además ese hecho puede ser original, comercial y cultural; todo al mismo tiempo y por el mismo precio. Pues qué bien. Lo lamentable es que entré en el juego: la peor versión de mi vanidad y autocomplacencia, me empujó a decir SÍ: respuesta aparentemente fácil, pero fatal, y a la larga la peor posible, por las innumerables molestias que me ha ocasionado a cambio de nada. A partir de ahora me tendré que llamar «el confiado Mister YES«.
20 DICIEMBRE 2008
© 2006 pepe fuentes