Cuando me comprometo a hacer algo (aunque sea una idiotez), y si además tiene que ver con el «arte», me suelo poner estupendo, procuro dar lo mejor de mi mismo (bien es verdad que realmente sólo es para mí y los míos), y hago un poco más de lo que esperan. En este caso realicé un audiovisual y escribí un texto que no les di a los de la tienda de venta de viajes. Para qué, me dije, si ni siquiera lo leerán. Introduje el texto con una cita, como es costumbre en mis presentaciones, esta vez de Roland Barthes (últimamente estoy recurriendo mucho a este autor, pero se me pasará pronto): «Si no se puede profundizar en la Fotografía, es a causa de su fuerza de evidencia. En la imagen, el objeto se entrega en bloque y la vista tiene la certeza de ello, al contrario del texto o de otras percepciones que me dan el objeto de manera borrosa, discutible, y me incitan de este modo a desconfiar de lo que creo ver». Obviamente, empiezo escéptico con el hecho fotográfico, pero es que últimamente también yo desconfío mucho (de todo).
22 DICIEMBRE 2008
© 2004 pepe fuentes