Me autocito: –Es la fascinación de la forma, de la escena, de la representación teatral que ofrecen las ciudades incesantemente. Esa es la cuestión: la interpretación de los signos, de los gestos y de los guiños. Es la seducción como un «punctum» no necesariamente convulso (vuelvo a Barthes) sino como medio para huir de la espantosa aridez del «studium», tan desoladoramente trivial, prosaico y tedioso-
24 DICIEMBRE 2008
© 1999 pepe fuentes