En el año mil novecientos ochenta, fotografiaba con el interés del «misterio» siempre presente (después también). Ahora no, al menos conscientemente; algo cambia con el tiempo, supongo; sobre todo porque te cansas antes de los propósitos (y de lo demás). Esta fotografía me ha gustado mucho siempre: sus sombras duras sugieren una historia terrible. No sé quién fue la cautiva; por eso, precisamente por eso, es por lo que la fotografía me salió así y por lo que, además, me encanta. Si algún día, sin querer, me encuentro con la historia de esa cautiva, procuraré evitarla; para que me siga gustando la fotografía.
15 ENERO 2009
© 1980 pepe fuentes