He pasado de Penderecki a Schoenberg, sin darme cuenta. Así el ánimo festivo y frívolo es imposible; aunque sea sábado. Son los riesgos de las sesiones musicales aleatorias, como la elección de fotografías para este mes: es un sobresalto diario. Cuando me enfrento a la fotografía que ha tocado siento impotencia, porque no sé cómo acompañarla, además de asustarme un poco. Ésta, que se explique sola, porque yo no diré absolutamente nada, salvo que este hombre encontraba sentido al blanco y negro. Como yo.
23 ENERO 2009
© 2004 pepe fuentes