Para este otro, sin embargo, no sé si el blanco y negro es una dicotomía existencial o sólo se ríe confiado, pensando que un cierto hedonismo le redimirá de condenas ineludibles. Yo, que sigo atrapado y satisfecho (sólo a ratos) en mi mundo blanquinegro, le apliqué mi receta, y aunque pretendiera librarse con una expresión carnosa y confiada, le rodeé de sombras impenetrables e inquietantes, porque aquí no se salva nadie de nada. Ni siquiera él.
24 ENERO 2009
© 2007 pepe fuentes