Más sobre el domingo (aunque sea lunes), también de Vila Matas: «En los domingos padecemos el tiempo y es como si todos contuviéramos el aliento y probáramos a ver como será el más allá. Los domingos son una enfermedad moral. Los domingos son espantosos». Precisamente por todas esas razones, ayer, me sentí bastante bien. No, no creo que sean tan terribles. Es una sensación de paréntesis en la dolorosa percepción del paso del tiempo: todo flota lenta e imperceptiblemente, sin que nada me toque y me haga sufrir. Mira, Enrique, puestos a maldecir días, indudablemente elijo los lunes, tan paradójicamente alejados de los domingos, porque esos sí son difíciles de remontar.
2 FEBRERO 2009
© 2007 pepe fuentes