«Todo antes. Nada más jamás. Jamás probar. Jamás fracasar. Da igual. Prueba otra vez. Fracasa otra vez. Fracasa mejor.» Samuel Becket. Por ahora no pienso dejar este diario. No me reporta ningún beneficio, crematístico o de cualquier otro orden, por lo que a poco sensato que fuera, lo abandonaría inmediatamente. Pero no, no lo haré. La razón es sencilla: espero y espero conseguir el día perfecto. Cada veinticuatro horas tengo una oportunidad; me digo -pepe, hoy no lo has conseguido, pero siempre te quedará mañana– y así todos lo días, por lo que la estúpida y magnífica sucesión de tiempo sin relieve, tiene algún sentido. El diario, al menos, me permite buscar «la espuma de los días» excelente título de la también espléndida novela de Boris Vian (y que la vida y la representación siga y siga…que no acabe nunca)
7 FEBRERO 2009
© 2002 pepe fuentes