Llevo varios días recluido en mi estudio. Lo mejor de este espacio donde desgrano horas entre libros que elijo, abro, leo un poco, cambio por otro, y así hasta al cansancio, es que nadie me molesta. Ninguna llamada, ningún correo, tampoco mensajes de ningún tipo; sólo la lluvia, algunas veces, pocas (vivo en zona seca) y esos son los mejores días: cuando la luz gris envuelve el mundo y las gotas tímidas y osadas al mismo tiempo se quedan prendidas en el cristal y parece que espíen lo que hago y sobre todo lo que no hago.
19 FEBRERO 2009
© 2008 pepe fuentes