Escribo y escribo y tengo la sensación de no decir nada. Hoy, he estado gran parte de la mañana leyendo suplementos culturales muy atrasados. Lo he tenido que dejar, abrumado por tantas referencias, críticas, opiniones y brillantes análisis. Ante el laberíntico mundo de la creación, alguien que pretenda «hacer», tendrá que deslindar convenientemente lo propio de lo ajeno (no rechazo las mejores influencias), mirar el horizonte, informarse un poco de la climatología, seguir su camino y hacer lo que le salga de -dentro- sin más deber que ejercitar su libertad, y al mundo que lo zurzan con hilo verde (este último recosido proviene de Javier Tomeo, que tanto me gusta).
22 FEBRERO 2009
© 2004 pepe fuentes