No se siente obligado a la expresión exacta del erudito, ni a la originalidad del escritor, ni a ser sublime como un poeta en su dicción. No tiene en absoluto la presunción de los filósofos profesionales de haber concebido estos pensamientos antes que nadie, y por consiguiente tampoco tiene el menor escrúpulo en añadir aquí y allá una frase que acaba de leer en Cicerón o en Séneca. Stefan Zweig (sobre Montaigne)
27 FEBRERO 2009
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